Katzantzakis, en el prólogo de la "Carta al Greco", presenta a un niño que le pide al abuelo que le dé una orden que oriente su vida.
El abuelo le dice: "llega hasta donde puedas, hijo mío". El nieto se queda sorprendido porque comprende que es un buen lema para su vida, pero nota que eso no le satisface del todo y le pide una orden más difícil, más cretense... El abuelo le dice: "llega entonces hasta donde no puedas".
De manera que sigue esforzándote porque puedes llegar hasta donde te propongas.
¿Qué os parece esta enseñanza?
¡Un fuerte abrazo!